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jueves, 10 de agosto de 2017

Cuando se hizo el milagro de la luz (El remate, Colima).


Foto: Comala

*Esto es lo que el portal México desconocido nos dice sobre "El remate":

"En una impresionante barranca del río Armería se encuentra la antigua planta hidroeléctrica El Remate, lugar que hoy cuenta con un pequeño poblado de poco más de cien habitantes, a 25 km de la ciudad de Colima.
Por su altitud y abundancia en agua, en El Remate el clima es agradable y la biodiversidad muy rica. Predomina la selva subcaducifolia media y baja con una importante diversidad tanto en flora como en fauna; aquí son abundantes el otate, la palmilla y una gran variedad de cactáceas.
El águila gris y los halcones sobrevuelan majestuosos la espléndida cañada. Antes y durante la colonia, El Remate tuvo gran relevancia, ya que fue la puerta de entrada al reino de Colima; hoy existen todavía vestigios de lo que fuera un camino real.
El padre fray Alonso Ponce describió en 1587 la ruta, de la que recorrió poblaciones que han sobrevivido hasta nuestros días, como Tetapán y Zacualpan, por lo que necesariamente tuvo que cruzar El Remate, justo donde hoy se encuentra el pueblo. 
Sin embargo, el momento más importante para esta zona fue a fines del siglo XIX, cuando los colimenses no tenían más que un sueño, contar con energía eléctrica el primer minuto del siglo XX. Para este propósito modernizador era necesaria la construcción de una planta generadora de electricidad, es decir, una hidroeléctrica, y el mejor lugar era sin lugar a dudas El Remate. 

FALLAS Y SOLUCIONES 
A pesar de los enormes esfuerzos, la planta no pudo inaugurarse el primer minuto de 1900 por la falla de uno de los generadores que debió ser enviado a Europa para repararlo y no regresó sino hasta cinco años después de este envío. En 1904 la sociedad mercantil Ugarte y García Fuentes, de Guadalajara, obtuvo la concesión para establecer el servicio público de luz; de tal manera los señores Salvador Ugarte y Vicente García Fuentes construyeron en 1905 la Compañía de Potencia Eléctrica de Colima, SA.
Fue bajo la dirección del ingeniero francés Arturo Learivel que iniciaron las titánicas obras que condujeran agua en cantidad suficiente para dar suministro a la planta. El desnivel natural del lugar facilitó la labor para obtener el caudal requerido y la maquinaria se importó de la casa Echer Wyss&Cie, de Zurich, Suiza. 
El 2 de diciembre de 1906 a las 6:25 se inauguró la planta y la ciudad de Colima y algunas casas particulares tuvieron energía eléctrica por primera vez. Cuentan que ese día la fiesta fue en grande, los cohetones anunciaron la algarabía de la gente que veía materializado un sueño añejo. El Remate suministró electricidad desde entonces y hasta 1967 a Colima, y otras importantes comunidades de la sierra, como Comala. 
Hoy, de lo que fue El Remate es posible ver los fortines, puestos de vigilancia donde siempre hubo guardias para defender el lugar, pues en esa época eran comunes los asaltos para apoderarse de partes de la maquinaria que luego se vendían a otras compañías. La planta en cuestión, donde todavía queda parte importante de lo que fuera la maquinaria, puede visitarse, y a pesar del deterioro es posible ver parte de lo que fuera la inmensa infraestructura conque se generaron las primeras luces de Colima.
Las enormes tuberías sostenidas por acueductos están intactas y dan una idea de lo imponente de la obra. La casa de visitas, quizá la construcción menos antigua, era para recibir ingenieros fuereños que venían a supervisar el funcionamiento de las máquinas y en algunas ocasiones también a repararlas. Otro elemento relevante es el lago artificial, constituido por dos tanques de agua que alimentaron la hidroeléctrica; hoy algunos caseríos lo rodean y la gente aprovecha el sitio para refrescarse y abastecerse del vital líquido. Entre las casas dispuestas al borde de la barranca se aprecian vistas imponentes de los acantilados que resguardaban el arroyo de El Remate. 
En 1967 la región necesitó más energía eléctrica y hubo que recurrir a otra central ubicada fuera del estado; fue el final de la planta y el lugar quedó prácticamente abandonado. Desde entonces, construcciones, maquinaria y equipo empezaron a deteriorarse paulatinamente. Varios años después los lugareños se organizaron para ganarle una licitación a la Comisión Federal de Electricidad y de esta manera lograron que las instalaciones quedaran en manos de la comunidad. En la planta funcionaban tres turbinas y sus correspondientes generadores con una capacidad de 650 kw, mientras en la actualidad sólo queda uno, pero las tres turbinas continúan ahí; también se pueden ver transformadores, enfriadores, etcétera. La hidroeléctrica utilizaba la fuerza del agua en su caída libre para obtener energía mecánica, que se transformaba en energía eléctrica."