Mañana, 31 de enero, será una noche de superluna azul de sangre, que combinará tres fenómenos astronómicos: superluna, luna azul y eclipse de luna. “No es común que coincidan, la última vez que ocurrió fue hace unos 150 años”, indicó Brenda Carolina Arias Martín, académica del Instituto de Astronomía de la UNAM.
La combinación de estos fenómenos permitirá percibir una luna llena ligeramente más grande y brillante, y la podremos ver sin ayuda de telescopios o binoculares. “Lo ideal sería buscar zonas oscuras que sean seguras para apreciarla mejor”.
La universitaria detalló que habrá una luna llena en perigeo, es decir, en la distancia más cercana a la Tierra, de ahí que se le denomine superluna. Es importante aclarar que sólo se observará un poco más grande, y más brillante en zonas sin contaminación lumínica y sin nubes, porque la gente piensa que la verá del doble de tamaño y no es así, aclaró.
En cuanto a la luna azul, se le llama así porque será la segunda luna llena que ocurra en un mismo mes, en este caso enero, lo que es común y lógico porque el ciclo lunar es de alrededor de 28 días. El término “azul” sólo es nominal y no significa que nuestro satélite natural se verá de ese color, precisó la especialista en comunicación de la ciencia.
El tercer evento es el eclipse de luna, que no será visible en América Latina, ni siquiera de manera parcial, sólo se podrá apreciar en el norte del planeta y en algunas partes de Asia.
Finalmente, Brenda Carolina Arias expuso que se le dice luna de sangre porque cuando hay un eclipse la sombra que hace la Tierra sobre su satélite natural provoca que se disperse una luz roja, lo mismo sucede cuando hay mucha contaminación atmosférica, incluso si hay erupciones volcánicas. “Parece que se torna de ese color, pero sólo es un fenómeno atmosférico terrestre”.
Fuente: UNAM