“La Filosofía ha batallado mucho para sobrevivir y es fundamental, tanto dentro de la universidad como fuera, porque le da el sentido de universalidad sobre el que se construye su concepto y porque sin ella todo se vuelve endeble”, añadió la académica de la UdeC.
“Uno de los grandes retos para la filosofía es la reivindicación de la memoria, demostrar que, como sociedad, los resultados de vivir sin memoria pueden ser terribles en todos los sentidos”, comentó la académica de la Universidad de Colima, Georgina Aimé Tapia González.
Para la académica, los constantes cambios en la sociedad obligan a generar nuevos planteamientos de las grandes preguntas filosóficas, pues parece que la gente está cada vez menos interesada en la cultura y en los conocimientos profundos.
“Incluso me atrevería a decir que se ha declarado una guerra contra la memoria. Por todos lados vemos una guerra contra ella, cuando ésta es imprescindible para el aprendizaje de la identidad de los pueblos y las personas. En este contexto, la filosofía tiene mucho que aportar”, comentó Aimé Tapia.
También, agregó, “es imprescindible que se estudie a los grandes pensadores para repensar los nuevos retos que se plantean, desde la cuestión ecológica, las teorías feministas y de género, así como la democracia, hasta los problemas de bioética, los vientres de alquiler, la interrupción del embarazo y la donación de órganos”.
En este sentido, agregó Aimé Tapia, “la Filosofía aporta no sólo conocimiento sino otra manera de ver y entender lo que sucede, ya que quien estudia esta carrera realiza una búsqueda profunda de los conceptos sobre los que se construyen y sostienen las distintas disciplinas científicas y otros aspectos de la cultura”.
Por lo anterior, destacó, quienes egresan de esta carrera pueden ejercer en distintos ámbitos de la sociedad, como en la educación (niveles básicos y superiores), en empresas privadas (cuestiones de ética), en la preservación, difusión del patrimonio cultural, análisis, creación de discursos políticos en los medios de comunicación, comités de ética y bioética, así como en consultorios filosóficos.
Tapia González invitó a los egresados del nivel medio superior, que tengan gusto por la lectura y la cultura “y que sientan inconformidad con el estado actual de la sociedad, a que se incorporen a esta licenciatura que plantea una serie de retos, pues busca encontrar caminos a través de una formación en humanidades, para la transformación en algo mejor. Es una parte utópica potente de un ideal personal y comunitario, y también es una vocación importante”.
Para finalizar, dijo que, en esta Casa de Estudios, “la Filosofía ha batallado mucho para sobrevivir y es fundamental, tanto dentro de la universidad como fuera, porque le da a la institución el sentido de universalidad sobre el que se construye su concepto y porque sin ella todo se vuelve endeble”.