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Universidad de Colima

martes, 24 de abril de 2018

Árboles, testigos mudos del cambio climático y objeto de estudio científico



Los árboles son sinónimo vida, producen oxígeno y absorben durante la fotosíntesis el dióxido de carbón; en ellos crecen distintos tipos de frutos y son el hogar de una gran diversidad de aves, pero además, en su interior, revelan registros del cambio climático en la Tierra. 

A través del color y ancho de sus anillos, las plantas perpetuas de tronco leñoso ofrecen a los científicos datos sobre su crecimiento durante cada año de vida. 

Ofrecen información, por ejemplo, sobre las evoluciones de las estaciones del años: si la primavera se adelantó, cómo fue el desarrollo del verano y hasta si hubo incendios forestales en la zona y sobre las temporadas de lluvia. 

Los aros de color claro de los árboles representan la manera en que creció en la primavera y principios del verano, los oscuros son la que progresó a fines del verano y otoño. 

Un anillo claro más uno oscuro equivale a un año de la vida del árbol, precisa la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). 

Debido a que los árboles son sensibles a las condiciones climáticas locales, como lluvia y temperatura, brindan a los científicos información sobre el clima local de esa zona en el pasado. 

De acuerdo con la agencia espacial estadunidense, los anillos de los árboles por lo general crecen más anchos en los años cálidos y húmedos, asimismo, son más delgados cuando hace frío y está seco. Si el árbol ha estado sometido bajo condiciones climáticas estresantes, como una sequía, este apenas podría crecer durante esos meses. 

Los científicos pueden comparar árboles modernos con mediciones locales de temperatura y precipitación de la estación meteorológica más cercana. 

Los árboles viejos pueden ofrecer información sobre cómo era el clima antes de que iniciara el seguimiento del clima en los Estados Unidos, en 1891. 

Durante los últimos 100 a 150 años, en la mayor parte de los lugares, los registros climáticos diarios se han mantenido, por ello, para saber el clima de hace miles de años, los científicos recurren a árboles, corales y capas de hielo perforadas en un glaciar. 

Sin embargo, no es necesario cortar los árboles por la mitad para contar sus anillos, ya que se puede hacer tomando una muestra con una barrena, con este instrumento se extrae una delgada tira de madera que llega hasta el centro del árbol, con la cual se pueden contar sus aros. 

Fuente: Notimex