Con una función en la que se rinde homenaje al maestro Rafael Zamarripa como escultor, pintor, bailarín y coreógrafo, este domingo concluyó la temporada 2018 del Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, en la que además hubo una ceremonia encabezada por el rector José Eduardo Hernández Nava, donde se entregaron once reconocimientos a integrantes de esta compañía.
Los reconocimientos a los músicos, bailarines y técnicos del ballet fueron por su participación en la temporada 2018. Hubo también un reconocimiento especial para Angélica Hernández por ocho años dedicados a Ballet. A Jaime Ignacio Quintero Corona le entregaron uno más por sus treinta años como director del Coro y a Zamarripa “por más de 35 años de entrega, entusiasmo, disciplina y amor; por su dedicada labor como formador, artista y director y por su legado artístico nacional e internacional”.
Al rector Eduardo Hernández le entregaron también un reconocimiento “por su determinación y compromiso en favor del desarrollo exitoso del Ballet Folklórico”.
En un Teatro Universitario lleno, más de cien bailarines y cantantes narraron, apoyados con un video, la línea de vida de Rafael Zamarripa; su infancia en una calle de zapateros y panaderos, con un papá que tocaba el clarinete y una mamá que lloraba al tocar el piano, de felicidad, no de tristeza; su juventud como escultor, la llegada a su vida de la gran maestra Amalia Hernández, quien lo puso a bailar; sus logros como director del ballet de la Universidad de Guadalajara y su vida actual en Colima, con el Ballet Folklórico, sus triunfos y la escuela que deja.
El personaje que lleva el hilo de la historia es un niño con delantal de zapatero, que luego se vuelve adolescente, después joven, y al cierre del espectáculo es el propio Rafael Zamarripa, de pie en el escenario, con delantal de zapatero, quien recibe los aplausos y la entrega del público, de sus bailarines, técnicos y músicos.
Luego de la entrega de reconocimientos, el rector Hernández Nava definió a Rafael Zamarripa como “uno de los pilares fundamentales del desarrollo artístico de Colima, y un referente nacional e internacional de la cultura colimense”. También destacó los 30 años del maestro Jaime Ignacio Quintero al frente del Coro del Ballet Folklórico.
El rector agregó que “la Universidad reconoce en el Ballet a uno de sus mayores productos y legados artísticos, que ha colocado a Colima en el panorama mundial por su calidad interpretativa y dancística. El Ballet es un embajador cultural colimense, tanto como el maestro Rafael Zamarripa, porque el Ballet no se entendería sin el maestro, ni el gran legado de Zamarripa sin el Ballet”.
El programa de cierre se llamó “Gracias a la vida”. En él participaron las compañías infantil y juvenil, así como algunos ex integrantes. “Siempre –añadió el rector– asistimos a una espectáculo de calidad, que se ha ganado el respeto en el mundo por sus presentaciones en escenarios importantes de Europa, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y en el foro de la UNESCO, en París”.
Por último, el rector destacó el trabajo de 35 años realizado por tramoyistas, arreglistas, coreógrafos, músicos, técnicos de iluminación, personal médico y el cuerpo de danza y coro; “a cada uno de ustedes, mi más sincera felicitación. Los invito a seguir desempeñándose con esa pasión por la danza que siempre ha buscado Zamarripa”.
En su intervención, que fue breve, el maestro Zamarripa agradeció el apoyo de su equipo de trabajo, a las autoridades de la Universidad y al público. Añadió que esa tarde era muy significativa para él, porque la actuación ofrecida no fue la habitual, ya que se trata de un repertorio que requirió de un entrenamiento especial. Me siento muy completo porque están aquí todos los integrantes de mi equipo y por la presencia de ustedes, el público”.
Tras la obertura, con la canción “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, con arreglo de J. Ignacio Quintero, vinieron después “Raíces”, “Mis pasiones”, “Ayeres” y “Legado”. En estos cuadros se mostró una síntesis de casi todos los bailes que ha presentado el Ballet, incluso el de “Tarde de abanicos”, además de “Plegaria de una virgen”, “Rondas y juegos”, “los incensarios”, “Folcloreando”, “El corrido de Polino Guerrero”, “Zacatecas”, “El jarabe jalisciense” y “La culebra”.