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martes, 3 de julio de 2018

El sexting y la pornovenganza; fenómeno que se presenta principalmente en jóvenes entre los 12 y 20 años de edad



El sexting es el uso de los medios electrónicos para enviar fotografías o videos para la exposición del cuerpo, por estadística, las personas que más lo realizan son menores de edad, indicó la investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FES Iztacala) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la doctora Alba Luz Robles Mendoza. 

El sexting es un fenómeno que se presenta principalmente en jóvenes entre los 12 y 20 años de edad a través de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Snapchat. 

Los riesgos de exponer imágenes íntimas en este tipo de aplicaciones son variados, pero el más frecuente es el reenvío a terceros; según un estudio de la Universidad de Calgary en Canadá, uno de cada ocho jóvenes ha enviado un mensaje con contenido sexual sin consentimiento. 

El sexting es peligroso en un contexto en donde los delitos cibernéticos todavía no están bien tipificados, como es el caso de México; sin embargo, algunas redes sociales como Facebook y Twitter ya implementan algoritmos que reconocen las imágenes de desnudos y las bloquean para evitar su propagación. 

Para la doctora Robles Mendoza, el hecho de intercambiar fotos de forma voluntaria no representa un hecho delictivo, por lo que no hay una condición de víctima y victimario. 

Por esto, el sexting no representa algo negativo en sí, el problema radica en el mal uso que las personas dan al contenido que recibieron, en un acuerdo implícito de confianza mutua. 

“Se toman selfies en las cuales muestran su cuerpo, y lo hacen en la mayoría de los casos con la intención de difundirlo y generar una respuesta positiva del receptor. Este hecho no lo ven con una connotación agresiva sino como una vía de socialización”, explicó. 

Pornovenganza: consecuencias psicológicas y legales 

La doctora explicó que la pornovenganza y el ciberacoso pueden ser muy perjudiciales para la salud emocional de los individuos porque pueden llegar a sentirse culpables de lo que ocurrió, y a menudo sus contextos refuerzan ese sentimiento. 

La pornovenganza es la publicación de videos, imágenes y grabaciones de tipo sexual sin el consentimiento de la persona que se identifica en el contenido. 

Las consecuencias de un caso de pornovenganza se vuelven más graves para la víctima cuando viven en familias rígidas o con valores religiosos más arraigados, porque creen que puede haber represalias por parte de los padres al enterarse de la situación. 

Aunado a esto, la baja autoestima de algunos jóvenes puede hacer que al ser reveladas estas fotos, su intimidad se quiebre y los lleve a un estado de depresión.