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domingo, 19 de agosto de 2018

Al desconocer el Sr. Carranza al gobierno de Victoriano Huerta Victoriano Huerta y lanzarse a la contienda armada para derrocar al usurpador, el país se vio ensangrentado por la más cruel de las revoluciones, pues aparte del Ejército Constitucionalista, que inspirado y dirigido por don Venustiano, peleaba por la reanudación del orden legal, simultáneamente surgieron el Villismo en el Norte y el Zapatismo en el Sur, impetuoso y desenfrenado el primero, como fuerza ciega del Destino y cauto pero sanguinario el segundo, como venganza premeditada. Dentro de esta pugna de caudillos que aparentemente unificaban sus esfuerzos en torno de una misma finalidad: la deposición de Huerta y la conquista de un bienestar social, cada uno veía con recelo y suspicacia las posibilidades de los otros hacia la detentación del poder absoluto y el recíproco celo entorpecía las actividades de la campaña que, de haberse realizado de común acuerdo, hubiera resultado más breve y menos costosa en hombres y en dinero. Dentro de ese panorama de violencia en el que se enmarcó el país durante los años de 1913 a 1916, Colima fue uno de los Estados menos perjudicados por la contienda. Como lugarteniente del famoso Centauro del Norte, General Francisco Villa, operaron por los rumbos de Ciudad Guzmán, Tamazula, Autlán y parte de los Altos de Jalisco, los Generales Pedro Zamora y José Bueno, que al frente de gruesos grupos rebeldes mantenían en constante desasosiego a las poblaciones de esa dilatada zona y, como prolongaciones de esos contingentes armadoa figuraron al Este y al Occidente de Colima dos célebres cabecillas: Luis Gutiérrez, denominado "El Chivo Encantado" y Vicente Alonso, más conocido por "El Indio Alonso", a cual más temidos por su ferocidad inexorable. EI Chivo Encantado merodeaba por las ex-haciendas de Salitrillos, El Tule y la Estrella y el Indio Alonso hizo de Juluapan y sus alrededores, su inaccesible Cuartel General. Cuando atacaron Colima, el Coronel José Morales que venía al mando del indio, no acató las disposiciones de este y en vez de situarse en la estación de lo ferrocarriles, para impedir que los de la plaza recibieran refuerzos, se fue de paso hasta Tonila, pudiendo los yaquis desembarcar de los trenes sin que nadie se los impidiera, reforzando a los sitiados que ya se encontraban agotados y reducidos solamente a Palacio y Catedral. Dos Capitanes federales que se habían unido a las fuerzas del Indio Alonso, de nombre el primero Enrique Maldonado y apellidado el segundo Oliveros, tuvieron la osadia de llegar hasta el Portal Morelos y desde allí hacer fuego para matar al centinela y al cabo de cuarto que se encontraban en la puerta de Palacio . Cuando los yaquis empezaron a llegar para auxiliar a los defensores, tuvieron que retirarse en perfecto orden y cuando iban en San Francisco, todavía allí almorzaron, recibiendo un soldado un balazo en la espalda, seguramente disparado de la altura de Catedral. Es asi, según nos lo contó Lino Araiza, que fuera asistente del Indio Alonzo, como principió correrías el que andando el tiempo tuvo en jaque a la fuerzas Carrancista del Estado, llegando su nombre, a figurar entre los que el gobierno puso fuera de la ley. August 19, 2018 at 11:33AM


Colima Antiguo https://ift.tt/2N0bjWl Al desconocer el Sr. Carranza al gobierno de Victoriano Huerta Victoriano Huerta y lanzarse a la contienda armada para derrocar al usurpador, el país se vio ensangrentado por la más cruel de las revoluciones, pues aparte del Ejército Constitucionalista, que inspirado y dirigido por don Venustiano, peleaba por la reanudación del orden legal, simultáneamente surgieron el Villismo en el Norte y el Zapatismo en el Sur, impetuoso y desenfrenado el primero, como fuerza ciega del Destino y cauto pero sanguinario el segundo, como venganza premeditada. Dentro de esta pugna de caudillos que aparentemente unificaban sus esfuerzos en torno de una misma finalidad: la deposición de Huerta y la conquista de un bienestar social, cada uno veía con recelo y suspicacia las posibilidades de los otros hacia la detentación del poder absoluto y el recíproco celo entorpecía las actividades de la campaña que, de haberse realizado de común acuerdo, hubiera resultado más breve y menos costosa en hombres y en dinero. Dentro de ese panorama de violencia en el que se enmarcó el país durante los años de 1913 a 1916, Colima fue uno de los Estados menos perjudicados por la contienda. Como lugarteniente del famoso Centauro del Norte, General Francisco Villa, operaron por los rumbos de Ciudad Guzmán, Tamazula, Autlán y parte de los Altos de Jalisco, los Generales Pedro Zamora y José Bueno, que al frente de gruesos grupos rebeldes mantenían en constante desasosiego a las poblaciones de esa dilatada zona y, como prolongaciones de esos contingentes armadoa figuraron al Este y al Occidente de Colima dos célebres cabecillas: Luis Gutiérrez, denominado "El Chivo Encantado" y Vicente Alonso, más conocido por "El Indio Alonso", a cual más temidos por su ferocidad inexorable. EI Chivo Encantado merodeaba por las ex-haciendas de Salitrillos, El Tule y la Estrella y el Indio Alonso hizo de Juluapan y sus alrededores, su inaccesible Cuartel General. Cuando atacaron Colima, el Coronel José Morales que venía al mando del indio, no acató las disposiciones de este y en vez de situarse en la estación de lo ferrocarriles, para impedir que los de la plaza recibieran refuerzos, se fue de paso hasta Tonila, pudiendo los yaquis desembarcar de los trenes sin que nadie se los impidiera, reforzando a los sitiados que ya se encontraban agotados y reducidos solamente a Palacio y Catedral. Dos Capitanes federales que se habían unido a las fuerzas del Indio Alonso, de nombre el primero Enrique Maldonado y apellidado el segundo Oliveros, tuvieron la osadia de llegar hasta el Portal Morelos y desde allí hacer fuego para matar al centinela y al cabo de cuarto que se encontraban en la puerta de Palacio . Cuando los yaquis empezaron a llegar para auxiliar a los defensores, tuvieron que retirarse en perfecto orden y cuando iban en San Francisco, todavía allí almorzaron, recibiendo un soldado un balazo en la espalda, seguramente disparado de la altura de Catedral. Es asi, según nos lo contó Lino Araiza, que fuera asistente del Indio Alonzo, como principió correrías el que andando el tiempo tuvo en jaque a la fuerzas Carrancista del Estado, llegando su nombre, a figurar entre los que el gobierno puso fuera de la ley.

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