*Será hasta el 2021 cuando los destinos turísticos del mundo comiencen a recuperarse de las afectaciones generadas por la pandemia, y sólo hasta 2023 que volverán a tener los mismos niveles de 2019: OMT
El turismo en la era posterior a la pandemia, dijo el experto de la Universidad de Jaén, España, Juan Ignacio Pulido Fernández, deberá considerar cuatro macrotendencias: Bioseguridad, ser de proximidad, generar valores al cliente y tener gobernanza como factor estratégico.
Esto será así porque de acuerdo con la Organización Mundial de Turismo (OMT), será hasta el 2021 cuando los destinos turísticos del mundo comiencen a recuperarse de las afectaciones generadas por la pandemia, y sólo hasta 2023 que volverán a tener los mismos niveles de 2019, por lo que será necesario desarrollar nuevas estrategias.
Juan Ignacio Pulido dijo lo anterior en la videoconferencia: “Tendencias turísticas para una nueva era”, organizada por los cuerpos académicos de Turismo de la Universidad de Colima, las universidades de Guadalajara y Guanajuato y de las autónomas de Nayarit y Aguascalientes.
Sobre la bioseguridad, comentó que el lugar de destino debe lograr transmitir a sus clientes seguridad respecto a la sanitización y salubridad.
En cuanto al turismo de proximidad, agregó que el mercado local es determinante en la recuperación de este sector, dominado en un 80% por pequeñas y medianas empresas a nivel mundial.
La importancia de generar valor al cliente, dijo, es una oportunidad para la descarga de apps de loyalty (lealtad) que ofrezcan un valor añadido, como los turnos del desayuno, aforos en zonas comunes o un planificador de excursiones seguras.
En la gobernanza como factor estratégico, señaló que los destinos deberán rediseñar sus estrategias, todas ellas orientadas a mantener la oferta, el empleo y a desarrollar nuevas planificaciones; “es importante que los gobiernos y las empresas que tienen interés en el desarrollo de la actividad turística admitan que entre ellos hay una dependencia de recursos y se den cuenta que el impulso de la actividad turística no pueda lograrlo uno solo”.
Para esta nueva era, añadió el profesor-investigador, “no sólo es necesario crear productos y servicios adaptados a los diferentes segmentos, también hay que identificar cuándo un viajero adopta un rol u otro, qué mensajes de promoción serán los adecuados para el momento y en qué canales deberán darse o mediante qué sistema de reservas, de comercialización y de ofertas deberá trabajarse”.
Los nuevos turistas, dijo, “cada vez confeccionarán más sus vacaciones a medida para satisfacer sus necesidades particulares, que van más allá del mero hecho de pasar unos días de descanso vacacional; crecerá el interés por descubrir, experimentar, participar y aprender de forma más íntima sobre aspectos de la vida cotidiana de los destinos que se visitan. En consecuencia, los clientes exigirán más opciones, más interactividad y productos más personalizados”.
Además, comentó, “la tecnología afectará no sólo la forma de producir y consumir los viajes, sino la forma de posicionarlos en el mercado y de comercializarlos”.
Advirtió que los destinos “no pueden crecer por encima de su capacidad de gestión sostenible. El crecimiento no se puede desacoplar del uso de recursos, de la generación de residuos y de los impactos a las poblaciones de acogida”.
Comentó, por último, que en el futuro próximo habrá un mayor protagonismo de las redes sociales, lo que obligará a las empresas a cuidar su reputación on line y la creación de nuevos canales de comunicación con sus potenciales consumidores”.
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