+Durante ciclo de conferencia “Inclusión de personas con discapacidad al patrimonio cultural”, organizado por el INAH
+Se abordó el papel en los museos de la Jefatura de Inclusión y Diversidad de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones.
+Además se abordó el papel en los museos de la Jefatura de Inclusión y Diversidad de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones
Más allá del compromiso de investigar, difundir y salvaguardar los bienes culturales de las y los mexicanos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) promueve un trato integral e igualitario en los museos y zonas arqueológicas bajo su administración, así como en sus actividades académicas, como el ciclo de conferencias “Inclusión de personas con discapacidad al patrimonio cultural”.
En la segunda sesión de este evento virtual, organizado por el INAH, a través de las coordinaciones nacionales de Desarrollo Institucional, de Museos y Exposiciones (CNMyE) y de Difusión, el profesor de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Morelia, Michoacán, Christian Giorgio Jullian Montañez, habló de la “Conceptualización sobre la discapacidad desde sus contextos históricos”.
En su ponencia, transmitida por el canal INAH TV, el especialista en la historia de la comunidad sorda y de las personas ciegas, indicó que el término discapacidad (disability, en inglés) surgió en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Una vez consolidada la Ilustración en esa nación, la sociedad inglesa presentaba un marcado énfasis en el individualismo, donde cada quien era juzgado por lo que era y lo que hacía, no por su linaje.
Ese creciente comportamiento de los ingleses, en tal momento, dijo, es clave para comprender por qué se empieza a poner el acento en lo que una persona puede o no hacer, en términos de lo que hoy se llama discapacidad.
Para Jullian Montañez, otro elemento para comprender esta concepción derivó de la Revolución Industrial, propiciando que, en esas tierras, la forma de pensar la pobreza se modificara sustancialmente debido al aumento de obligaciones del Estado para atenderla, ya que antes era una atribución de la Iglesia.
“En un primer momento se crearon casas de trabajo para emplear a los pobres que podían trabajar, pero el fruto de esta labor —y el apoyo del resto de la población— era destinado para la subsistencia de los que no podían hacerlo, de quienes, anteriormente, se hacía cargo la parroquia. Por ello, muchos comenzaron a fingir que estaban incapacitados para trabajar y solicitaban la ayuda sin realmente necesitarla”, explicó.
Debido a lo limitado de los recursos, se empezó a discutir quién verdaderamente merecía la asistencia, por lo que distinguía a los que eran capaces de trabajar y los que no. A raíz de esta situación, en 1839, se creó, la Nueva Ley de Pobres, la cual concibe el concepto disability, englobando a todas esas personas que no podían valerse por sí mismas, en cuanto lo laboral.
Bajo esas circunstancias, se popularizó dicho término, utilizado anteriormente en el ámbito militar para referirse a aquellos que no eran aptos para la guerra, por lesiones o edad, así como por algún impedimento físico, sensorial o intelectual.
“En todo el siglo XIX y buena parte del XX, esta expresión no era algo que definiera al individuo, porque hoy, algunos de los discursos más radicales de los movimientos sociales de la discapacidad, de activismo muy fuertes, tratan de ver justo esta etiqueta como algo que lo determina por completo, y esto, en términos históricos, no fue así”, puntualizó.
Inclusión y diversidad
En su intervención, la representante de la CNMyE del INAH, Carolina Carreño Vargas, expuso la conferencia “La Jefatura de Inclusión y Diversidad, un área creada en 2021, la cual opera junto con otras tres jefaturas: Educación Patrimonial, Promoción y Vinculación Comunitaria.
Estas jefaturas, detalló, funcionan como un engranaje, ya que tienen en común la atención de las necesidades de la diversidad de personas a quienes se dirigen las acciones museales del INAH.
“Este trabajo en conjunto permite que el compromiso que tienen la CNMyE, no se vea reducido a intervenciones puntuales y aisladas en exposiciones y museos, sino que se ofrezcan programas nacionales permanentes que contribuyan a la profesionalización y autonomía del funcionamiento diario de las áreas educativas y de atención a públicos en los museos del INAH”.
Desde el inicio, subrayó, se planteó que el trabajo de las jefaturas tuviera como ejes transversales: la perspectiva de género, la inclusión y la descolonialidad.
Así, la Jefatura de Inclusión y Diversidad realiza acciones de formación y actualización en los museos de la red del INAH, enfocadas a promover el respeto y la igualdad en el ejercicio de los derechos culturales de grupos específicos.
Para tal efecto, en 2021, se realizaron diversas actividades virtuales, entre ellas un curso-taller de toma de conciencia e inclusión, y otro de Braille y su funcionalidad en museos; una charla sobre recintos museísticos y el autismo; dos foros, uno sobre discapacidad, y otro acerca de la visibilidad de la comunidad LGBTIQ+ en los espacios museales, así como un programa de educación patrimonial y vinculación comunitaria incluyente.
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