*“300
mil toneladas de residuos flotan en el océano. La vida marina está altamente
contaminada; por eso, el objetivo de mi investigación es cómo mejorar nuestra
relación con el mundo que nos rodea”: Rosalba Thomas, investigadora
universitaria.
Como
parte de las actividades que la Coordinación General de Investigación realiza para
celebrar los 40 años de investigación científica en la Universidad de Colima,
esta semana se realizó una charla sobre prácticas y retos ambientales, a cargo
de la especialista Rosalba Thomas Muñoz.
La
profesora de Centro Universitario de Gestión Ambiental (CEUGEA), explicó a las
y los asistentes al restaurante Llueve café, que cada año se recolectan 11 mil
200 millones de toneladas de residuos sólidos, y que la desintegración de éstos
contribuye al cinco por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero.
En
su charla “Brújula de conductas ambientales”, destacó que ocho toneladas de
residuos plásticos se desechan en el mar y contaminan de igual modo los ríos,
afectando de forma crítica la vida marina, que tarda muchos años en
recuperarse: “300 mil toneladas de residuos flotan en el océano. La vida marina
está altamente contaminada; por eso, el objetivo de mi investigación es cómo
mejorar nuestra relación con el mundo que nos rodea”.
También,
dijo, busca “motivar la reflexión y el debate entre estudiantes de diferentes
disciplinas de nivel superior, con relación a motivaciones y expectativas,
frente a retos personales y grupales para desarrollar hábitos saludables que
inspiren la elaboración de un decálogo ambiental para la comunidad
universitaria”.
Entre
los objetivos de su investigación, dijo Rosalba Thomas, se encuentran el
identificar niveles o ámbitos de intervención pedagógica, generar momentos de
reflexión para realizar prácticas ambientales, analizar la experimentación de
los retos ambientales en estudiantes, así como generar una brújula de retos
para la comunidad universitaria.
Entre
las prácticas que se pueden apuntar, señaló que a nivel individual se encuentra
el tomar una ducha de no más de cinco minutos para ahorrar agua, 30 minutos de
activación y comer sin chatarra. A nivel familiar, indicó que se puede
compartir ropa en desuso, realizar trueque de tiempo, así como separar y
reducir los residuos.
En
lo comunitario, dijo para finalizar, “se puede aplicar el trabajo voluntario,
servicio social comunitario y una ciudadanía responsable; a nivel
sociopolítico, se pueden crear acciones políticas ciudadanas, entrevistas con
representantes políticos y hasta realizar eventos ambientales”.
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