*Rosalinda Bayardo, académica de la Facultad de Medicina, explicó que el origen de esta condición puede ser metabólica o bien hormonal.
En general, se estima que entre el 6 y 7 por ciento de las mujeres en edad reproductiva presentan el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), un trastorno de origen endocrinológico y metabólico, y en ocasiones genético, que ocasiona que las mujeres tengan periodos menstruales irregulares, suban de peso, les crezca vello en zonas inusuales y tengan acné, entre otros muchos síntomas.
¿De qué se trata este síndrome? ¿Qué lo produce? ¿Es para toda la vida? ¿Puede generar consecuencias graves? La ginecóloga Rosalinda Bayardo Tortolero, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima, en entrevista explicó que este trastorno “lo ocasionan las malas condiciones higiénico-dietéticas a las que estamos acostumbrados, nuestra carga genética e incluso nuestra predisposición a ser intolerantes a la glucosa”.
Aunque por su nombre “poliquísticos” podría llegar a pensarse que se trata de un ovario lleno de quistes o incluso una tumoración, esto no es así, realmente se trata de unos folículos que se producen en el ovario mes a mes y que pueden llegar a medir de 0.5 a un milímetro.
La función de estos folículos, continuó la ginecóloga, “es ovular y así viene la menstruación, con lo cual éstos se desprenden y se desechan; en los pacientes con ovario poliquístico no pasa lo mismo: los folículos crecen, maduran, pero no llegan a reventar y ovular, entonces se quedan en estado de crecimiento y el ciclo menstrual no llega. Al no tener esta información hormonal, el cuerpo lo interpreta como que tiene que formar un nuevo folículo”.
Cuando esto sucede, dijo, “hay una manifestación de un trastorno hormonal que hace que nuestros periodos menstruales se alarguen de 28 o 30 días, a 40, 45, uno, dos o tres meses, y mientras esto pasa los folículos se siguen formando, como si nada pasara. Es como un disco rayado, nace un folículo y se queda parado, y así está hasta que ese ciclo no se rompa”.
Durante este proceso, explicó Bayardo Tortolero, se tienen alteraciones tanto a nivel hormonal como externo. Se producen andrógenos, lo que genera incremento de vello en lugares como pecho y barba, más del tipo varonil. Al mismo tiempo puede haber trastornos a nivel del hígado, generando una mayor producción de insulina, que no precisamente es una diabetes o un síntoma de que tienen una cantidad de glucosa elevada.
Con el fin de saber dónde radica el origen de este padecimiento, se realizan estudios para conocer el perfil hormonal, para ver cómo se encuentran las hormonas ováricas o bien estudios metabólicos, es decir, estudios de glucosa, insulina y perfil de lípidos, así como un ultrasonido, “de preferencia vaginal para valorar adecuadamente la forma, el tamaño de los ovarios y de los folículos”, explicó.
Una vez que se identifica el origen de este síndrome, se selecciona el tratamiento adecuado, “si el problema con los ciclos menstruales queda en el perfil hormonal u ovárico, daremos tratamiento hormonal para que éste se regule; de lo contrario, vamos con el componente metabólico, donde utilizamos, por ejemplo, un sensibilizante de la insulina para ayudar a disminuir sus niveles y que los carbohidratos se metabolicen adecuadamente”.
Es importante, dijo la profesora, que las pacientes comprendan que el hecho de que se les dé tratamiento para personas con diabetes no indica que lo tengan, “lo que buscamos es remediar el problema del metabolismo, si sólo le doy hormonas para hacerla menstruar mes con mes, una vez que suspenda el tratamiento volverá a presentar el síndrome, porque no es algo que se cure así de simple cuando se tiene trasfondo metabólico”.
Además, explicó que cuando se tiene el perfil metabólico debe atenderse, pues existe la posibilidad de desarrollar diabetes tipo dos, “esto se debe a que el cuerpo reacciona de manera exagerada a cualquier alimento, secretando el doble de insulina y generando un estado de hiperinsulinismo, que con el paso del tiempo puede llegar a agotar la insulina del cuerpo y después puede manifestarse como una diabetes”.
“También -continuo- hace que se liberen los ácidos grasos que nos va a dar un aumento de triglicéridos y colesterol, transformándose en un síndrome metabólico porque estamos hablando que hay ácidos grasos libres, lípidos libres, trastornos hormonales e hiperinsulinemia”.
Para la ginecóloga, el principal tratamiento de este síndrome es hacer cambios en la alimentación y realizar ejercicio, pues con la disminución de un 5 por ciento del peso corporal bajan los niveles de insulina; “si no hay mejoría se les comienza a dar hormonas que generen un bloqueo en los andrógenos, y no es como darle cualquier anticonceptivo, sino uno que tenga ese efecto anti-androgénico que queremos lograr”. Es muy importante, señaló, que “si no se cambian los hábitos higiénicos-dietéticos, toda la vida va vivir con medicamentos”.
Algunos de los mitos respecto a este síndrome es que las mujeres que lo presentan no se pueden embarazar, además, que los anticonceptivos producen cáncer. Al respecto, Rosalinda Bayardo comentó que las mujeres que lo presentan sí se pueden embarazar si se les detecta a tiempo y se les da tratamiento para recuperar sus ciclos hormonales. Para atender el proceso metabólico “podemos dar inductores de ovulación y complementar las hormonas que le hagan falta durante el embarazo”.
Aseguró que el uso de anticonceptivos no causa cáncer, ya que éstos se dan sólo por un tiempo definido, que va de seis a siete meses “mientras se controla metabólicamente, una vez que ya no tenga qué le estropee el funcionamiento de las hormonas ováricas, ya no los va a necesitar”.
Si se usan por un tiempo prolongado y sostenido, “estamos hablando de más de seis años y sin suspender, pudiera considerarse un factor de riesgo; esto no significa que causen cáncer, sino que éste forma parte de otros factores, como si es obesa, si fuma, si hay antecedentes de algún tipo de cáncer, entonces ya sumas todos estos y podría haber una probabilidad, pero el anticonceptivo, por sí mismo, no lo es”.
Afortunadamente, comentó Bayardo Tortolero, actualmente hay más información y las mujeres buscan atender esta condición; de hecho, “este síndrome se ha diagnosticado recientemente en mujeres de entre los 17 a los 35, “antes se consideraba que eran muy pequeñas y ya iban a consulta cuando pensaban en casarse o tener hijos o simplemente no se le da importancia, pero hoy en día, como la mujer se va interesando más en su salud, se dan cuenta de lo que no es normal en sus ciclos”.
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