“Los sismos de este martes -continúo- no son precursores de un sismo grande; los enjambres de sismos son comunes”, agregó el investigador de la UdeC.
Los últimos dos días, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha registrado más de 20 sismos en las costas colimense, y aunque su magnitud va de 3.2 a 3.8 y sólo registró uno de 4.8, ha llamado la atención a la población, sobre todo el ocurrido este martes en la Zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, que fue de 3.9, ¿Por qué sentimos estos sismos de pequeña magnitud? ¿Debe preocuparnos? ¿Son precursores de un gran sismo?
Sobre estas preguntas Raúl Arámbula Mendoza, director del Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos de la Universidad de Colima, dijo que los enjambres de sismos de baja magnitud -como los que se han registrado los últimos dos días- generalmente no son sentidos por población y son más comunes de lo que se cree, “vivimos en una zona sísmica, todo el tiempo está temblando. La diferencia es que solo alcanzamos a percibirlos cuando andan en magnitudes de 4 a 4.5”.
“Los sismos de este martes -continúo- no son precursores de un sismo grande; los enjambres de sismos son comunes. Por ejemplo, frente a Cihuatlán hay una zona muy activa donde cada determinado tiempo vemos este tipo de sismos. Cerca de Manzanillo hay unas fallas que se mueven. Es un proceso natural, así como existe la lluvia”.
Entonces, ¿por qué sentimos el sismo de magnitud 3.9?
Aunque generalmente los sismos son perceptibles cuando rebasan la magnitud de 4, deben tomarse en cuenta otros factores para que éstos puedan sentirse, como el ocurrido el martes 14 de mayo. Este sismo dijo, “se localizó al suroeste de Villa de Álvarez, a una profundidad de 5 kilómetros; el epicentro estuvo muy cerca de las poblaciones, y con muy poca profundidad, eso quiere decir que la energía llega con gran intensidad a la zona conurbada de Colima,Villa de Álvarez y Coquimatlán”.
Incluso, comentó el investigador que hubo reportes de la población de que escuchó tronar. También se dijo que el sismo había sido generado por el Volcán de Colima, “pero no, el volcán se mantiene en niveles bajos de actividad”.
Zona sísmica
Es importante, insistió Raúl Arámbula, recordar que Colima es una zona sísmica, por lo que tener sismos de baja intensidad es normal. Además, los sismos no se pueden predecir, por lo que siempre haya que estar preparados ante la emergencia: tener una mochila con documentos como actas de nacimiento, un radio, lámpara, conocer las zonas seguras de la casa y las zonas de evacuación y las salidas de emergencia en cines y restaurantes.
“Tenemos que formar la cultura de protección civil, porque vivimos en un estado que tiene todos los fenómenos naturales. La idea es que disminuyamos nuestra vulnerabilidad ante tales fenómenos y esto sólo se logrará cuando hagamos los simulacros de forma responsable”, resaltó.
Desde la Red Sísmica Telemétrica del Estado de Colima (Resco), dijo que todo el tiempo se monitorean y analizan los sismos, esto con dos fines: el académico, que les permite generar mapas de sismicidad para que, por ejemplo, “ayude a los ingenieros civiles a mejorar sus códigos de construcción” y, el segundo, compartir la información con el SSN, Protección Civil de Colima, Protección Civil del Estado de Colima y Bomberos de Jalisco.
La Resco pertenece al Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos. Opera desde 1989 y actualmente tiene alrededor de cinco estaciones de banda ancha y un programa con sismómetros de bajo costo que ayuda a localizar mejor los sismos, “éstos los tenemos instalados en algunos campus de la Universidad de Colima, con lo que no sólo se analizan los sismos generados por placas, sino que también monitorean la actividad del Volcán de Colima.
Finalmente, el investigador pidió no hacer caso a rumores, “quiero decirle a la gente que esté siempre pendiente de las instancias oficiales, porque de repente hay falsas noticias y tenemos que escuchar a los especialistas”.
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