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domingo, 2 de junio de 2024

Carmen Villoro y Josué Brand, en Rabo de Luna

 “En la poesía todos los poetas son como una familia, y de verdad nos vamos uniendo, porque la poesía es algo que toca las emociones, muy profundo, eso hace que los poetas nos sintamos cerca unos de otros”: Carmen Villoro. 


Esta semana, el programa Rabo de Luna, que reúne a los mejores poetas y escritores del estado y la región para hablar sobre literatura y vida, contó con la presencia de Carmen Villoro, de la Universidad de Guadalajara, y Adán Josué Brand Galindo, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, quienes tuvieron un ameno diálogo con la poeta Zeydel Bernal, coordinadora de este programa.

Adán Brand dijo que ha publicado cuatro libros y que estudió letras hispánicas, así como lingüística aplicada, y que además se dedica a escribir discursos para políticos y académicos. “Creo que hacer poesía es también leer a las personas, leer hechos, situaciones, tener paciencia y poner mucha más atención, y esas cualidades se pueden aprovechar para hacer un discurso de lo que sea, todo es poner atención a las cualidades de cada profesión”.

Luego de leer algunos poemas habló sobre sus padres, de quienes dijo que aprendió la religiosidad, y que por eso sus poemas se encuentran impregnados de ese universo.

Por su parte, Carmen Villoro contó cómo fue que conoció al poeta Antonio Deltoro, “era un amigo, un maestro, alguien que te transmitía una sabiduría alrededor de la poesía. Fue muy generoso y muchos poetas que estuvimos cerca de él aprendimos mucho. Después de su accidente, que lo dejó discapacitado por muchos años, se le hizo un homenaje póstumo, muy íntimo, entre sus amigos, y eso es algo que nos une a Adán Brand y a mí”.

Recalcó que, “en la poesía todos los poetas son como una familia, y de verdad nos vamos uniendo, porque la poesía es algo que toca las emociones, muy profundo, eso hace que los poetas nos sintamos cerca unos de otros”.

Finalmente, también habló de su familia, de su padre, el filósofo Luis Villoro, quien era un luchador y pensador social. “Era un académico, universitario y filosofo; terminó muy cerca del movimiento zapatista. Fue un hombre que aportó mucho a la filosofía de nuestro país, pero lo más importante es que me ayudó a andar en bici.”.

Su libro “Liquidámbar”, expresó que se titula así porque las cenizas de su padre descansan en un liquidámbar, un árbol milenario que está en Chiapas, cerca de donde surgieron los zapatistas.

Antes de concluir la charla, los asistentes tuvieron la oportunidad de hacer sus comentarios y expresar dudas e inquietudes.

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