Arroyo de Pereira, Por Jaime Pizano Alcaraz

ARROYO DE PEREIRA HACIA EL NORTE DE LA CIUDAD DEVILLA DE ÁLVAREZ

JAIME PIZANO ALCARAZ

En la actualidad, todos los arroyos que cruzan por estas dos ciudades conurbadas de Colima y Villa de Álvarez, la mayoría están secos: da tristeza verlos, porque los recuerda uno de niño deteniéndonos para ver correr el agua, con patitos y pececitos. Este Arroyo de Pereira, en tiempos de muchas lluvias o ciclones, cambia por completo, se vuelve un poco peligroso por la cantidad de agua que lleva y por el poco espacio que han dejado sus vecinos al invadir su cauce en la zona centro.

 

El Arroyo de Pereira, va serpenteando hacia el sur, cruzando y golpeando fincas construidas en las márgenes de su propiedad por varias colonias de la ciudad de Villa de Álvarez; al pasar por la calle Plutarco Elías Calles, este arroyo sirve de división de las dos ciudades conurbadas de Colima, Capital del Estado y Villa de Álvarez, Cabecera Municipal, donde más adelante deja de ser división con la Villa, al cruzar las colonias La Rivera y otras más que pertenecen a Colima, hasta llegar a descargar sus aguas al río de la ciudad Capital.

 

Los arroyos son pequeños y de escasa profundidad, compuestos de suelo y sedimento. Su caudal puede variar en las distintas épocas del año, por lo que durante algún tiempo el flujo de agua de algún arroyo se ve interrumpido y se seca. Esto es más común en épocas de sequía o de falta de lluvias en verano o invierno.

En las márgenes de los ríos y arroyos, no deben construirse viviendas, ni tirarse desechos, ni arrojarse aguas negras.

Respetando estos lineamientos, se evitará la pérdida de vidas humanas, la contaminación de estas corrientes hidrológicas y se garantiza la integridad del patrimonio de las familias colimenses y villalvarenses.

No importa su tamaño; los arroyos son una fuente de vida. Los arroyos son perennes si sus aguas fluyen durante todo el año, son intermitentes si solo fluyen durante ciertas épocas del año y efímeros cuando sus aguas fluyen únicamente después de llover.

Allá por el siglo XIX donde actualmente se ubican las colonias Fátima y Placetas Estadio, del Municipio de Colima, según la tradición, fue un balneario popular muy concurrido llamado Las Playas del Río Pereira, y el terreno se llamó Las Placetas.

La tradición afirma que a este Arroyo de Pereira, nunca le faltó el agua y que sus márgenes de arena fueron muy anchas como también muy arbolada.