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martes, 27 de febrero de 2018

Publican libro que rescata uso de lenguas indígenas en contextos migratorios. #UdeC








*La autora es la investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación, Cecilia Caloca, quien trabajó con indígenas migrantes en Cuauhtémoc.

“Mi lengua vive en la escuela” es el título del libro escrito por la profesora-investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, Cecilia Caloca, y presentado en el marco de las Jornadas Lingüísticas realizadas por el Día Internacional de la Lengua Materna.

La también profesora-investigadora, adscrita al Programa Cultura del Centro Universitario de Investigaciones Sociales, Adriana Cruz Manjarrez dijo que el libro “es una contribución al conocimiento de lo que ocurre en la población infantil en un contexto de migración laboral de los padres, y cómo es que estos niños se adaptan a los lugares donde llegan”.

Cabe destacar que esta publicación resulta de un proyecto de intervención en dos escuelas en Cuauhtémoc, Colima, y que se realizó con una beca del Fondo Nacional para las Cultura y las Artes: “Es un libro que trabaja dos temas muy importantes: el contacto lingüístico y la revaloración de la lengua materna en los contextos educativos”, afirmó la comentarista.

Añadió que este libro puede ser usado como un modelo a seguir para aquellos que les interese el tema de la investigación lingüística y, específicamente, el de la intervención.

Adriana Cruz señaló que la autora documenta que, en el municipio de Cuauhtémoc, se han asentado varias familias migrantes de Guerrero; “ellos hablan náhuatl, mixteco y amuzgo. Los migrantes son jefes de familia que trabajan como jornaleros en los ingenios, vienen con hijos y esposas. Ellas se dedican a la cría de sus hijos y al trabajo doméstico. A veces, también participan en el trabajo agrícola”, detalló.

Dijo que, en el caso de los migrantes en general, y en particular los indígenas que migran dentro de México, existe el gran reto de mantener sus dialectos fuera de su lugar de origen: “Las lenguas indígenas en contextos migratorios no se hablan debido a la discriminación, pues se avergüenzan de su lengua materna, incluso de sus familias, y en las escuelas no se les enseña o alfabetiza en sus lenguas maternas”, agregó.

Adriana Cruz manifestó que la autora del libro escribió este trabajo para hacer una intervención lingüística y generar un cambio social ante esta situación, “lo que me parece admirable”, expresó.

Señaló que este libro es una propuesta para que, junto con los padres familia, maestros y niños valoren sus lenguas maternas en un escenario migratorio, y que sea haga algo desde la escuela para que los estudiantes no dejen de hablar su dilecto, aunque también aprendan el español.

Por su parte, la profesora Martha Reyes Cortés señaló que “Mi lengua vive en la escuela” resalta la importancia de profundizar en el conocimiento de las raíces para facilitar el proceso de razonamiento de los estudiantes.

En su turno, Cecilia Caloca comentó que gracias a la beca solventó los gastos de este proyecto y se otorgaron dos becas a estudiantes que participaron en la investigación: “Este texto es para los maestros; la idea es que, a partir de distintos ejercicios, generen una reflexión lingüística en el aula”, concluyó.