“No
podemos valorar, proteger y conservar cualquier tipo de patrimonio cultural de
nuestro país si no lo conocemos”, Fernando Godos, arqueólogo.
Con
el objetivo de difundir y dar a conocer el importante acervo con el que cuenta
el Museo Universitario de Artes Populares (MUAP) “Ma. Teresa Pomar” de la
Universidad de Colima, se inauguró este martes en dicho recinto la exposición
“Papel amate: Lenguaje de la comunidad”, la cual permanecerá abierta hasta el
próximo mes de junio.
El
director de este museo, Jaime Guillermo Bricio Barrios, comentó que la exposición
inaugurada esa noche proviene de una colección donada en la década de 1980 por
la maestra María Teresa Pomar y cuenta con piezas de diferentes partes de la
república. “El papel amate surge en la época previa a la llegada de los
españoles, donde los antiguos pobladores trabajaron la corteza de los árboles
para darles la textura de papel y convertirlo en un medio de comunicación
pictográfico”.
Añadió
que el papel amate forma parte de un proceso evolutivo en las culturas
prehispánicas, quienes transformaron los materiales de su entorno para cubrir
su necesidad de comunicarse y preservar sus conocimientos y sabiduría. “En esta
muestra podrán encontrar piezas que fueron elaboradas entre las décadas de 1960
y 1990 y en ellas aparecen deidades, nahuales, flora y fauna, así como el
reflejo social y convivencia de las comunidades donde se elaboran”.
Para
finalizar, comentó que el papel amate donde vienen representadas las deidades
otomíes, actualmente siguen utilizándolo los curanderos en sus rituales. “No
son nada más piezas decorativas y bonitas, sino que también tienen fines
rituales y de conexión con la parte divina”.
Durante
su charla, el arqueólogo Fernando Godos dio a conocer que el papel amate ha
sido elaborado desde la época precolombina en Mesoamérica con las fibras de
algunos tipos específicos de árboles, no necesariamente Amate, sino también del
jonote de mora y jonote colorado, así como de la fibra del maguey y el tule.
Explicó
que, como parte del proceso de elaboración del amate, la corteza del árbol se
hierve en cazos de aluminio a grandes temperaturas, por periodos de 8 y hasta
24 horas. “A estos cazos se les agrega cal y ceniza con la finalidad de
ablandar la fibra y al final del proceso de cocción, las fibras se extraen, se
exprimen y se extienden sobre una superficie”.
Añadió
que al terminar el proceso de cocción, las fibras del árbol son colocadas a
manera de tramas y se empiezan a machacar con piedra basáltica para retirar la
humedad, comprimirlas y aplanarlas lo más posible, a fin de crear pliegos que
después seguirán con el proceso de secado al sol coladas en tablas de triplay.
Finalmente,
el experto señaló que “es importante conservar las tradiciones que nuestras
comunidades indígenas expresan a través del papel amate, pues ahí se encuentran
no sólo sus ideas y cosmovisión, sino también procesos de innovación que han
ido incorporando a lo largo de los años”.
“No podemos valorar, proteger y conservar
cualquier tipo de patrimonio cultural de nuestro país si no lo conocemos. Éste que se abre
hoy al público es precisamente un cachito del patrimonio cultural de México que
merece ser conocido y que sobreviva por muchas generaciones más”, concluyó.
Al
inaugurar la exposición, el director general de Patrimonio Cultural de la UdeC,
David Rodríguez Delgado destacó la importancia de aterrizar la labor
museográfica y de preservación de esta colección, dando un contexto histórico
de lo que se va a encontrar el espectador en la sala.
“A
veces -compartió- no comprendemos o no sabemos leer lo que observamos en una
exposición, y gracias a una charla como la del maestro Fernando Godos, se nos
brinda de manera muy resumida un universo de información como punto de
partida”.
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