PON EL MOUSE EN LA IMAGEN PARA DETENERLA Y ACCEDER

UdeC Visit Colima Vacaciones Seguras

jueves, 10 de enero de 2019

La serenidad. Un provinciano en la ciudad por Fer Montes de Oca.

Imagen: Pixabay

Tengo miedo que el tiempo venga y me coma; tengo miedo que el viento robe mi voz; tengo miedo que ellos me vean triste; tengo miedo que al baño le abran la puerta, que me vean desnuda y se den vuelta. Y si sigo comiendo me suba el peso. Es por eso que yo no quiero salir (...) déjame caerme, déjame salir.

Todos caemos. Todos. Y caemos muy bajo y nos duele y tocamos fondo. Pero cuando uno cae no hay más que levantarse. Y, ¿qué creen?, volveremos a caer, porque somos humanos y la cagamos. Pero de todas las caídas aprendemos y, aunque caigamos de nuevo, ahora pondremos la mano para que no nos duela tanto. Lo mejor de todo es que ya no tendremos miedo a caer porque lo hemos vivido ya. Y sobrevivimos.

A finales del año tuve un ataque de pánico y una situación personal que decidí superar. Aprendí que el perdón es uno de los sentimientos que más cuesta pero que más deberíamos poner en práctica. Porque nadie es perfecto. Nadie. Ni su mamá, ni su papá, ni su pareja, ni sus amigos, ni ustedes. Somos humanos y haremos daño alguna vez y nos harán daño también.¡Lo magnífico es que podemos perdonar! Nos ahorraremos el malestar que trae consigo el estar molesto con alguien.

Es por eso que mi mejor recomendación para 2019 es: perdonen. Háganlo sin culpa, sin creer que son idiotas por hacerlo. Hagan las pases con la gente que quieren y les hizo daño. La vida es demasiado corta como para estar enojados con alguien. Hablen, perdonen, pongan nuevas reglas para no cagarla de nuevo. Ojo: esto aplica solo con quien nos importa. Un detox de amigos o familia que nada aportan a nuestra vida también es sano.

La serenidad que llega después de perdonar es inconfundible e indescriptible. Háganlo en medida de sus posibilidades.

Y ya que estamos deseando cosas nuevas. Brindemos por un 2019 con:

El tiempo no se para, queridos. Las cosas malas seguirán, pero lo bueno estará ahí para mostrarnos el equilibrio.

Antes de cerrar el 2018: agradezco a David por la oportunidad de escribir, por confiarme este espacio; agradezco a todo el equipo que está detrás de la página. Gracias por creer en una premisa que aprendí este año: el futuro es colaborativo.

Gracias a los que leen, opinan y critican, eso es lo más enriquecedor.

Bonito 2019. Que les sea leve.